Psafo …. “criaba gran cantidad de urracas, mirlos, cuervos, loros y otros pájaros semejantes y tras enseñarles a decir: “¡Psafo es un Dios!”, los ponía en libertad a fin de que quienes oyeran tan numerosos y extraordinarios testimonios de su divinidad lo creyeran más fácilmente”
Gabriel Naudé. Consideraciones sobre los Golpes de Estado.
El espectáculo que seguimos viendo, cuando miramos a eso que llamamos “Parlamento”, no sólo nos sonroja sino que nos preguntamos: ¿mañana podría superarse la vulgaridad?
Por supuesto, Sus Señorías ( ¡que no nuestras!) tienen la libertad de hablar y decir lo que quieran, que para eso se representan a sí mismos o a sus partidos con sus creencias, y ellos se han concedido a sí mismos “esa gracia”; ahora bien, podrían decir lo que plazca, pero bien dicho, para no mancillar el lenguaje que, ya decía D. Francisco de Ayala, es “nuestra patria”.
No sabemos muy bien en qué andan enfrascados Sus Señorías (¡que no las nuestras!): parece que quieren perdonarse a sí mismos el dinero que, presuntamente, han ido robando durante muchísimos años; también quieren perdonarse a sí mismos la ruptura de unas reglas de juego que previamente nos dimos a nosotros mismos y que les ha favorecido a sí propios. Ahora tienen un “Caudillo” que sólo quiere “ser visto” y promete todo lo que no es suyo pero que pagamos los españolitos de a pie, vía empobrecimiento masivo.
Recordemos que muchas de Sus Señorías (¡que no las nuestras!) estuvieron “dando voces” en la Puerta del Sol de Madrid, por lo que no fueron a clase nunca, o no estudiaron nada; ahora hablan, pero sólo lo hacen para loar y alabar al gran Caudillo que nos gobierna, con el Falcon desde el aire; sólo han gobernado para ellos, y al pasar de la Puerta del Sol al Parlamento, las únicas cosas que ha cambiado son la escena y el “sueldo”, porque las voces que dan son las mismas: si nada proponían en la Puerta del Sol, nada proponen ahora, pero sus cuentas bancarias sí han engordado; eso sí, de una forma simétrica (si se me permite la ironía, y pido perdón pues es ofensiva): su cuenta corriente ha engordado proporcionalmente a cómo ha empequeñecido la riqueza de los españoles: a la vez que Sus Señorías se hacen más ricos, los españoles nos hacemos mucho más pobres.
Me viene a la mente el “bandolerismo” del siglo XIX, y la consecuente “leyenda” que hicieron los “cantares de ciegos”: según dicha leyenda, los bandoleros robaban a los ricos para, después, dárselo a los pobres, que había muchos; pero Sus Señorías (¡que no las nuestras!) parece que lo hacen al revés: roban (presuntamente) a los pobres para dárselo a los ricos, haciéndose, previamente, ricos ellos mismos.
Son muchos los personajes que tanto en el siglo XX como en el siglo XXI se han presentado como “salvadores”; pero hay uno que está “medio olvidado” y el cual quiero traer a colación: fue Fujimori, el que fuera presidente de Perú (por supuesto, vale cualquier otro que en el mundo han sido y son, incluido nuestro presidente): quiso acabar con la corrupción de su país, y para ello también “golpeó” la Constitución del Perú. En vez de aplicar el sistema, lo quiso cambiar a su favor, y al final, acabó en la cárcel.
Aquí tenemos unos parlamentarios “apesebreados” cuya única función es “alabar al Señor” (del Falcon), el cual con la excusa de perseguir la, presunta, corrupción de los que le precedieron, no sólo justifica la, presunta, corrupción de sus amigos, sino que ha lanzado un órdago al sistema que nos hemos dado, sin contar ni con los ciudadanos ni con el propio sistema democrático; el cual, con todas sus imperfecciones, estamos convencidos que acabará con él.
Es verdad que nuestro sistema político y judicial es, sin duda, muy imperfecto y perfectamente descrito en la gran novela de “Los Santos Inocentes” de Delibes: los que están dentro de la “casa” se están refocilando a cuenta de los que estamos en el “corral”, los cuales no tenemos posibilidad alguna de arreglar este sistema. Como tenemos el artículo 82 de la Constitución, votamos a no sabemos muy bien quién para que estén todo el día y todos los días “cloterando” sin saber qué dicen ni qué significa lo que dicen. Debido a la “democracia partidista” que nos atenaza, el Caudillo les paga bien sus rebuznos, y los españoles estamos viendo el espectáculo pagando carísima la representación nos guste o no.
Pero, a pesar de la imperfección, y con la ayuda de la Unión Europea estamos convencidos de que este nuevo “Psafo” acabará o bien dentro de su propia pajarería o bien fuera del país: ya creó un “estado excepcional” durante la pandemia, proclamándose “salvador” frente al “gran mal” y creemos que, con la ayuda de la Justicia Europea y de sus instituciones, no podrá, de nuevo, vulnerar nuestras reglas de juego.
La época de los “salvadores” ha pasado.
Antonio Fidalgo
CONTIGO SOMOS DEMOCRACIA – MADRID