SAN AGUSTÍN Y LOS LADRONES
SEMEJANZA ENTRE LAS BANDAS DE LADRONES Y LOS REINOS INJUSTOS
“Si de los gobiernos quitamos la justicia, ¿en qué se convierten sino en bandas de ladrones a gran escala? …. ¿qué son sino reinos en pequeño? Son un grupo de hombres, se rigen por un jefe, se comprometen en un pacto mutuo, reparten el botín según la ley por ellos aceptada…: abiertamente se autodenominan reino, título que a todas luces le confiere no la ambición depuesta, sino la impunidad lograda.”
San Agustín. De Civitate Dei, IV,IV
No sé qué más se puede añadir a este texto de San Agustín ante los acontecimientos que estamos viendo y viviendo en la Comunidad de Madrid.
Es difícil encontrar el equilibrio entre la justicia y la ley; para muchos “iluminados” creen que sobra la ley, pues interpretan los hechos, la historia, los acontecimientos desde la “irredención”, y se imaginan dos cosas: una, que debería venir alguien a acabar con esa situación de injusticia, pero como no viene nadie se erigen ellos en “profetas” de ese mesías que no acaba de llegar; y en segundo lugar, se imaginan que la causa de todos los males que consideran injustos no son ellos con su comportamiento sino “alguien o algo” que tienen enfrente. De esa “mezcla imaginativa” nace, para esos grupos, un “deber” o un “imperativo moral” que los lleva a actuar para “salvar” lo que ellos mismos consideran como malo, y ese actuar es siempre violento.
Así, la justicia no es fruto de un consenso sino de una revelación.
Enfrente están los que sólo ven la “ley” sin la justicia; la cual, ley, nace de unas proposiciones (casi) matemáticas que se aplica a la realidad sin tener en cuenta que la realidad social no es una realidad matemática. La ley se convierte, así, en algo frío y sin respuesta a los problemas reales de la sociedad.
La ley, así, también, es fruto de una revelación y no de ningún consenso.
Con estas posturas enfrentadas jamás habrá encuentro; y, de hecho, no lo hay: sólo hay que ver lo que está pasando en la capital. Además, no sólo no solucionan los problemas sociales y personales, sino que los aumentan.
Hay que interpretar los acontecimientos que están ocurriendo en Madrid, en estos últimos días, desde estas posturas; posturas que jamás se van a encontrar ni a pactar entre ellas, pues, ambas, se consideran incompatibles e irreconciliables
Además, hay que añadir que, hay otras posturas que ni quieren justicia ni quieren ley, sino impunidad para sus tropelías; previamente se han imaginado un “paraíso en la tierra”, pero no como una “tierra de promisión” adonde dirigirse, sino como una “nación decimonónica” donde sobran los “no-elegidos”: bien no-elegidos por no formar parte de una raza o por no formar parte de una lengua: cualquiera de los paraísos son nefastos: aceptamos a Popper cuando dice que “todos aquellos que han querido instaurar un reino de Dios en la tierra, han creado un infierno”, y nos afecta que en España todavía queden “mesiánicos decimonónicos”, herederos del viejo carlismo.
Nos preguntamos cómo está diseñado nuestro sistema para que estos grupos minoritarios nos pongan en jaque al resto de los españoles; qué ambiciones tienen algunos para que, aún siendo minoritarios también, sean capaces de hacer pactos con estos “decimonónicos”; y no por conseguir ninguna “justicia” ni ninguna “ley”, sino para lograr la “impunidad” a delitos ya juzgados y condenados.
Desde CONTIGO SOMOS DEMOCRACIA – MADRID estamos convencidos de que se puede lograr la justicia desde la ley: una ley dada por nosotros mismos en un Parlamento y que nos lleve a una justicia ideada también por nosotros mismos y para nuestros semejantes, sin necesidad de ninguna revelación.
El texto de San Agustín indicado más arriba, criticaba a Alejandro Magno, y nos puede servir para criticar a todos aquellos que tengan sueños megalómanos, que no son pocos. Madrid no está en “el cielo”, sino en el trabajo y en el esfuerzo.
Nosotros pensamos que la política está al margen que cualquier “visión” o cualquier “profetismo”, pues estos profetas llevan a imponer a nuestros compatriotas posturas que, quizás, no quieran: pero en eso se basa el “profetismo” en la imposición; y para, nosotros, lo importante es la libertad de conciencia.
Antonio Fidalgo
Secretario de CONTIGO SOMOS DEMOCRACIA – MADRID